macizos

macizos

jueves, 10 de mayo de 2012

Capitulo 27



Pablo no da crédito a lo que dice Félix, a que se quiera casar. Félix agarra de la mano a Juan Cruz.
--Estamos muy enamorados y sólo si me caso con él podré tener fuerza para salir adelante.
Juan Cruz está muy sorprendido. Jamás se habría imaginado casándose con Félix pero el dolor que ve en los ojos de Pablo le causa mucha alegría. Se muestra amoroso:
--mi amor, que felicidad.
A su lado, agarrado a la mano de Félix mira a Pablo desafiante. El juez mira a Pablo:
--usted será testigo de la boda ahora y luego lo casamos a usted?
Félix mira a Pablo y dice:
--No.
Le duele el sufrimiento de Pablo y no quiere que pase por la humillación de verlo casándose con su enemigo.
--que venga Mariana y mi papá.
Pablo no está dispuesto a que Juan Cruz lo vea derrotado. El odio que siente hacia Juan Cruz por todo el daño que le ha hecho desde que se conocen ahora traspasa a Félix. Lo mira con un rencor que lo lastima a Félix y dice:
--No, yo me quedo aquí. Luego me caso con Alberto.
A Juan Cruz no le gusta nada que Pablo se haga el fuerte pero está seguro que no es más que una pose. Félix mira a Pablo con tristeza. Con la mirada le está suplicando que no se quede, que será muy duro para los dos pero la mirada de Pablo es fría y a Félix le lastima mucho sentir el odio que Pablo siente por él. Entran Mariana y Mariano que pese a las circunstancias se miran de una manera especial. Se han gustado. Mariana se acerca a la cabecera de la cama, del otro lado en el que está Juan Cruz.
--¿qué estás haciendo? --le pregunta Mariana.
Félix fuerza una sonrisa a su amiga y dice:
--Es lo que quiero hacer.
A Mariana no le gusta la sonrisa de Juan Cruz. No entiende bien lo que está pasando y además no le gusta la mirada de Juan Cruz. Mariano mira a Pablo. Se le hiela la sangre al ver la mirada de él. Nunca lo vio tan lleno de odio. Ni siquiera con las humillaciones de Martín.
--amigo, que es esto? Vámonos.
Pero no. Pablo quiere estar presente mientras que Félix se une con el hombre que más ha odiado en este mundo junto a Martin. Llega Enrique que mira al juez, a Pablo.
--Por favor, Alberto está muy nervioso. En su estado no es bueno esto. No acepta que lo mediquen si no se casa Pablo con él.
Al juez se le ha juntado el trabajo:
--es que el señor también se quiere casar.
Félix mira a Pablo con mucha tristeza. Pablo está sufriendo pero también siente un gran odio:
--Luego me casaré con Alberto pero ahora quiero estar en la boda de mi cuñado.
En serio parece que a Pablo no le importe que Félix se case, se ve tan frío. Mariano esta aterrado. No quiere que su amigo siga sufriendo por amor. Félix trata de buscar en Pablo la mirada de ese hombre que lo enamoró pero Pablo parece otro. 


La boda entre Félix y Juan Cruz es rápida y fría. Félix se traga sus lágrimas mira a Pablo con tristeza. Lo quiere alejar de él y lo ha logrado pero ahora no puede aceptar que él lo odie tanto. Juan Cruz confía en que la indiferencia de Pablo sea sólo una máscara porque sino no tiene sentido nada de lo que está haciendo.. Mariana está triste. Su amado amigo merecía lo mejor y ve en la cara de él que Juan Cruz no es lo mejor. La cercanía de Mariano la tranquiliza, Mariano la mira de reojo. Tras un rápido beso los asistentes a la boda se preparan para asistir a la boda de Pablo y Alberto. Félix mira a Pablo y le dice:
--Felicidades, te llevas un gran hombre.
Pablo se acerca a él y la frialdad con la que le dice:
--felicidades, te llevas lo que mereces.
Lastima mucho a Félix. Juan Cruz, convertido ya en el marido de Félix, está muy agarrado a la mano de él. Pablo se acerca a Félix y le susurra al odio:  
--Te odio Félix y espero que seas la persona más infeliz del mundo. Tan infeliz como yo haré a tu hermano.
--lo hice por el bien de mi hermano --solloza Félix.
Pero Pablo no lo escucha y se va del box odiando a Félix más de lo que en su día odió a Martín, Félix se da cuenta y llora por dentro por eso. Juan Cruz no se quiere perder la boda de Pablo y Alberto, quiere disfrutar del momento de ver a su rival casándose con el hombre que siempre despreció. 
--No te molesta que vaya a la boda de mi cuñadito ¿no?
Félix hace que no con la cabeza. Quiere quedarse solo. Mariana es la única que se queda.
--¿¿qué has hecho?
--No me digas nada --dice Félix rompiendo a llorar.
A Mariana se le parte el alma:
--yo quería que fueras el hombre más feliz del mundo. Esto no,  no te lo mereces --dice Mariana muy triste acariciando la cabeza de su amigo.
Félix está roto de dolor. Mira a Mariana con ojos llorosos:
--No podía hacer otra cosa. Mi hermano está condenado a muerte y su última voluntad es casarse con Pablo. El destino nos jugó una mala pasada a Alberto y a mí haciendo que nos enamorásemos de la misma persona.
--¿y esta boda?
--Era necesario. Pablo me tenía que odiar. Sólo así se casaría con mi hermano.
--¿y qué pasa contigo? ¿vas a renunciar al hombre que amas?
Félix está deshecho:
--¿es que no te das cuenta? Alberto estaba dispuesto a matarme y a matarse por ese hombre. Él provocó el accidente al descubrir que Pablo está enamorado de mí.
--¡pero eso es mi grave¡
El dolor de saber que su hermano lo quiso matar es tan grande como el saber que a Alberto le queda poco tiempo de vida.
--Alberto está muy mal pero lo que tenga que pagar lo hará en el más allá. Es a Dios a quien le toca juzgarlo. No a mí. A mí lo único que me importa es que muera feliz.
--¿y después? Podrás estar con Pablo sabiendo que es el viudo de tu hermano?
Félix mira a Mariana escandalizado:
--¡claro que no¡ Si Alberto tuviera vida tal vez lucharía por el amor de Pablo pero ahora no. Y muerto Alberto su recuerdo me separará para siempre de Pablo. Jamás podría estar con el viudo de mi hermano.
Mariana acaricia las lágrimas de Félix:
--¿y qué vas a hacer con esto? Con tu dolor, con tu amor.
Félix está sufriendo mucho pero está seguro que ha hecho lo mejor.
--tragármelo. Con el tiempo tal vez pueda volver a amar. Cuando mi hermano ya no esté nos iremos de nuevo a Argentina
Mariana piensa en Mariano y no le apetece nada la idea de irse. Félix se da cuenta:
--¿tu vendrías conmigo no?
Y aunque le duele pensar que no verá más a Mariano elige a Félix:
--si claro. Eres mi hermano.
--¿me harías un favor?
--si claro.
--Ve a esa boda y me cuentas.
--¿estás seguro? No quiero que te quedes solo.
--Ve, por favor.
Mariana no se hace de rogar porque le apetece volver a ver a Mariano.
En presencia de Enrique, Juan Cruz, Mariana y Mariano (se miran de reojo, Mariano le sonríe y Mariana se ruboriza) se está celebrando la boda de Pablo y Alberto. Pablo al lado de su enfermo. Le toma de la mano. Alberto no deja de sonreír pese a su debilidad. Pablo se ha derrumbado. La frialdad de la que ha hecho gala en la boda de Félix ahora es puro dolor. Alberto no quiere darse cuenta del sufrimiento de Pablo. Al fin es suyo. Al fin su sueño se ha cumplido.  Juan Cruz ahora sí goza. Ahora sí se da cuenta que su boda con Félix ha merecido la pena. Sólo por ver el rostro desencajado de Pablo le compensa cualquier cosa que tenga que hacer. Mariano mira a Pablo con el corazón en un puño. El dolor de Pablo contagia a todos los presentes menos a Alberto. El juez los casa convencido que el dolor de Pablo es por la muerte de Alberto.
--los declaro unidos en matrimonio.
Pablo se agacha para besar el que ya es su marido. Mientras Alberto goza del beso, de su matrimonio, Pablo se siente muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario